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https://archive.org/details/b28740361
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ORÍGEN Y DESCUBRIMIENTO
J) JS IL A VACCINA.
TRADUCIDO DEL FRANCES
CON ARREGLO A LAS ULTIMAS OBSERVA- CIONES HECHAS HASTA ËL MES DE MAYO DEL PRESENTE AÑO , Y ENRIQUECIDO CON VARIAS NOTAS
r ' POR
i
EL DOCTOR DON PEDRO HERNANDEZ , MÉDICO DEL REAL COLEGIO DE ESTA CORTE , T DE LOS EXCELENTÍSIMOS SEÑORES DU- QUES DE VILLA-HERMOSA ,
T DE S. CARLOS .
SEGUNDA EDICION.
MADRID
en la oficina de don eenito garcía , y compañía,
año de 1801,
95300
Multa ferunt anni venientes commoda secum.
4. > '
Horac.
i
TABLA
VE LOS ARTÍCULOS QUE CONTIENE ESTA OBRA.
PARTE PRIMERA.
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J^Lrt. I. Del origen y descubrimien- to de la vaccina 21.
Art. II. De las propiedades del fluido. 23.
Art. III. Del origen , invención y pro- gresos de la vaccina 23.
Art. IV. De la seguridad inocente de la vaccina 27*
Art. V. Historia de la enfermedad y su carrera 31.
Art. VI. Seriales y carácter de la vac- cina y 6 del grano vaccino. . . .32.
A 2
PARTE SEGUNDA.
Art. I. Método de hacer la operación
de la vaccina 36.
Art. II. Calidades del fluido vaccino,
1
su elección , tiempo y modo de fo-
marlo 41.
Art. III. Variedades que suelen obser -
varse 44.
Art. IV. Lo que se debe hacer en el curso de la enfermedad 49.
(5)
CARTA DEDICATORIA
À LOS PADRES DE FAMILIA , Y PaRRO-
• * i • -
COS DE ESPAÑA , PARA EL REMEDIO DE LOS NIÑOS , Y EXTERMINIO DE LAS VIRUELAS DE TODA EUROPA.
Ne
o podía presentarse una ocasión mas favorable que la pre- sente para hacer ver á vms. lo mucho que me intereso en la sa- lud y conservación de los niños y ni mas conforme á los deseos que me han animado siempre de ma -
A 3
(O
nif estarles el mas vivo reconoci- miento por los favores infinitos que me han dispensado , sin otro mérito que el haber cumplido con la obligación que debo al cuidado de ellos , curando sus enfermedad des del mejor modo 3 y con la ma- yor diligencia que me ha sido »
Es cierto que los niños han sido siempre el principal objeto de mis trabajos 3 y el blanco á que se han dirigido todos mis cariños , así como lo es la recompensa de su parte con sus mas tiernas y agradables caricias 3 y el haber- me proporcionado vms. mi fortuna y bien estar 3 tanto en esta corte> como en las demas villas y aldeas en que me he hallado de médico 3 cuya verdad es bien patente 3 y
(7)
puedo demostrarla á todo el mundo .
Aseguro á vms . que no po- dría haber para mí mayor gloria y satisfacción , que la de saber que á imitación mia seguían el mismo ejemplo todos los demas pro- fesores de la facultad , pues en tal caso no cabe la menor duda en que se seguiría el mayor bien á la patria y á la humanidad .
Muy á los principios de mi carrera y exercicio en la medici- na , conocí la utilidad y provecho que debía proporcionarme un cui- dado particular y especial en quan- to pudiese de las enfermedades de los niños 5 estuviese donde estu- viesen y en efecto no me engañé en el juicio ó cálculo que forme , pues hasta la hora de esta 5 sin embargo de que llevo ya treinta
A 4
y dos años de exer ciclo en la fa- cuitad de médico , aun no he te- nido motivo alguno de arrepenti- miento para mudar de opinion 3 ni en las villas y aldeas donde es- tuve por espacio de diez y ocho años 5 ni en los demas que he re- sidido en Madrid.
Confieso ingenuamente que mi subsistencia , y tal qual crédito , lo debo á los niños en un todo ; de consiguiente no deberá extrañarse que yo pretenda hacer público mi agradecimiento poniendo á la vis- ta de vms. un remedio seguro é inocente , y el mas fácil de exe~ cutar 5 como se ha experimentado , y que tiene la excelente virtud de preservar á los niños para siem- pre del azote cruel de las virue- las y cuya enfermedad ha ocasio -
(9)
nado y ocasiona tantos y tan ter- ribles , estragos 3 que solo en nues- tra península pasa de treinta mil el número de los que fallecen to- dos los años por su causa y sin con- tar otros muchos á quienes dexa inútiles y disformes , que habían sido antes el embeleso y encanto de sus padres por sus chistes 3 graciosidades y hermosura .
¡ O , y quánto me ocurría de- cir sobre este particular ! Pera no permitiendo lo compendioso de esta obrita el dilatarme con lar- gas digresiones 5 me ceñiré sola- mente á maní feriar á vms • la uti- lidad de un remedio el mas pre- cioso y útil para la humanidad de quantos se han descubierto hasta ahora .
i — V. •<§ ■*
Siendo , pues } la enfermedad
(i o)
de las viruelas la causadora de tantos daños como se experimenta en todas partes * sin que en tan- tos siglos como han transcurrido desde que llegó á conocerse , se hayan podido contener sus rápidos y formidables progresos 5 ha dis- puesto la casualidad el precioso hallazgo de la vaccina > con cuyo específico , no solo se preserva á los niños de la epidemia para siem- pre , practicando la inoculación en los términos prescritos en esta obrita , que es como se executa en París y en otras capitales de Eu- ropa , sino que al mismo tiempo presenta la ventaja de no exigir preparación alguna 5 ni cuidado particular 5 y de que los mismos padres , ú otros quales quiera pue- den executar la operación de in«
(Il)
ocular á sus hijos con el mejor éxito sin auxilio de facultativo , como se puede ver en las estam- pas que acompañan al fin de esta obrita para la mayor inteligencia , las quales se han copiado del ori- ginal francés *
Esta obrita , que trata tíni- camente del origen •> progresos y modo de hacer la inoculación de la vaccina 3 vino á parar á ma- nos de un amigo muy amante de la humanidad y del bien público , que deseoso de libertar de la epi- demia feroz de las viruelas al úni- co hijo que tiene 5 la encargó y me la entregó para que la traduxese
v
á nuestro idioma , no dudando de los buenos efectos que debía pro- ducir 5 como ni tampoco de que se- ria muy bien recibida de todos *
i
(i a)
sin experimentar las oposiciones y obstáculos que ha habido que vencer en algunas partes para que se adoptase la inoculación ordina * ria que se ha practicado hasta ahora .
En fuerza , pues , de dichas reflexiones 5 y de otras varias que también me hizo un buen compa- triota , me resolví ( aunque no sin recelo en el desempeño) á tra- ducirla yen cuya operación he pues- to todo el cuidado 5 conato y aten- ción que me ha sido dable 5 pro- curando al mismo tiempo la mayor claridad y sencillez 5 sin detener- me para esto en la duplicación de algunas expresiones 5 ni en la desnudez del estilos porque como solo trato de instruir á los pa- dres de familias y y otras perso «
(U)
tías que tienen á su cargo là edu- cacion de los niños , de ¿as utili- dades de la vaccina , he creído
que el acierto en esta .pequeña em -
*
presa debe mas bien consistir en el uso de las palabras familiares y breves discursos 3 que en el amontonamiento de expresiones pomposas y sublimes .
La sencillez y simplicidad del remedio para precaver un mal tan grande 0 no debe entibiar á los es- pañoles para ponerle en execu - cion ^ muy lejos de esto , á imitación de los ingleses ? que acaban de premiar con una medalla de oro al Dr. Jenner 3 autor é inventor de este admirable descubrimiento (a); y de la república francesa , de-
G azeta de Madrid del viernes 26 de Junio de 1801.
ben fomentar la execucion del re - medio 5 y repetir las experiencias que se han empezado á hacer en esta corte 3 señalándose entre to- dos el Doctor Don Ignacio de Lu - zuriaga 5 profesor bien conocido en ella por su vasta erudición 5 no solo en la medicina 5 sino también en las demas ciencias auxiliares , y por sus producciones literarias 5 el qual lleva ya inoculados hasta el dia de la fecha mas de quar en- ta jóvenes de todas edades con la mayor felicidad .
También ha hecho inocular á algunos con el mismo suceso el Dr. Don Francisco "Zunzuñegui , Catedrático de la universidad de Salamanca , y Don Juan de Azao - la , Cirujano del Hospital Gene- ral de esta corte .
Igualmente se ha practicado y practica en Barcelona , según refiere el Dr. Don Francisco Pi~ guillen en su librito intitulado ; Ensayos sobre la inoculación de la vaccina, dedicado á los Médi- cos de España (a).
To dedico esta traducción á los padres de familias , porque los Médicos encargados por el Gobierno de la república france- sa , lo ponen tan claro y tan fá- cil , que todos , tanto mugeres como hombres , lo pueden eje- cutar.
Espero se practicará este ad- mirable descubrimiento y remedio
(a) A dos nietos míos se les ha inocu- lado últimamente , y los efectos han corres - pondido á mis buenos deseos sin la menor alteración .
e)i todas las provincias de Espa- ña', y que los señores Curas Pár- rocos y demas Sacerdotes lo acon- sejarán á todos para que lo ha- gan y practiquen 5 aunque sea en las casas de campo 5 supuesto que ya la experiencia ha demostrado que no exige preparación alguna , ni ántes de la operación 5 ni des- pués de ella : solo sí me parece será prudente y muy del caso el que no se haga en ocasión de que los niños est en enfermos ; pues por lo demas 5 en todos parages 5 en todo tiempo 5 y por qualquiera per- sona y puede hacerse como he di- cho la inoculacian de la vaccina , aunque en los lugares en que se practique se carezca de Médico y Cirujano 3 supuesto que ni ántes ni despues de la Operación se ne •
(17)
cesita remedio alguno .
Esta es la única expresión que yo puedo hacer á vms. por ahora en reconocimiento á lo mu- cho que los estimo y debo 3 en la que solo tengo la parte de hacer mas pública su utilidad y prove- cho á todos mis paisanos y com- patriotas. En quant o á lo demas , bien quisiera que la divina pro- videncia me hubiese dotado de todo talento y claridad de ideas que concedió al Dr . Don Jayme Bo- nells para el remedio de los pri- meros males que sobrevienen á los niños en su precioso libro in- titulado: Perjuicios de poner los niños en ama. T si este sabio profesor continuase sus trabajos dando á luz lo que ofrece y tiene escrito sobre el menoscabo de hom-
B
(i8)
très que padece la España por falta de cuidado de los niños ex- pósitos , baria un beneficio incom- parable á la patria . T si á exem- plo del Doctor Don Juan de Sol-* devilla , Pr oto-médico , Se. hubie- se alguno que ya de propias ex - periencias 3 y ya leyendo lo mas selecto que hay escrito sobre las enfermedades de los niños 3 no con la perversa intención de impug- narlas 3 sino que á imitación de este sabio y juicioso profesor en su re- ciente edición del Boerhave en el tomo IV. quando llega el caso de hablar de las enfermedades de los niños 3 le ilustra en vez de im- pugnarle 3 enriqueciéndole con ci- tas de otros autores que hablan sobre la materia 3 lográsemos la dicha de que se formase ó compu -
(19)
siese un cuerpo de doctrina prác- tica sobre todas las enfermeda- des de los niños desde que nacen hasta la edad de catorce años > \qué beneficio tan grande se baria al género humano ! De aquí ade- lante puede esperarse esto y mu- cho mas con el exterminio total de las viruelas por medio de la invención y descubrimiento del Doctor Jenner .
Por mi parte he procurado adelantar alguna cosa sobre el con- tenido de esta obrita 5 añadiendo algunas notas 5 y enriqueciéndola con el apéndice en forma de diá- logo 5 en el qual se hace relación de las virtudes , efectos y pro- gresos de la vaccina 5 y de todo lo demas que ha parecido conve- niente , y se ha podido recoger
B 2
( 2 0*)
para la mayor ilustración y cono- cimiento de los que la practiquen.
Madrid veinte y quatro de Julio de mil ochocientos uno.
De vms. el mas obsequioso y agradecido servidor
Dr. Pedro Hernandez.
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(2 I)
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PARTE PRIMERA.
ARTICULO PRIMERO.
Dí/ origen y descubrimiento de la
vaccina.
J_>a vaccina ó viruela de las vacas es una enfermedad que pa-
N -a
decen estos animales en algunos parages ó distritos. Consiste prin- cipalmente en la salida ó erupción de algunos granos que se les for- man en sus pechos, y señalada- mente en los pezones. Estos gra- nos que generalmente son de un aspecto azulado, están rodeados en su base de rubicundez inñama-
B3
tona mas ó ménos extendida, y contienen un fluido particular que se seca después de algún tiempo, y forma una corteza que se cae es- pontáneamente , sin embargo de que también suele suceder algunas veces que dichos granos se abren, supuran, y forman una úlcera mas ú ménos pertinaz ú obstinada , se- gún que haya sido mas ó ménos la irritación que la ocasionó por al- gún manejo áspero ó mal trata- miento.
Os)
ARTÍCULO II.
De las propiedades del fluido .
El fluido que contienen estos granos es muy diferente del pus ó podre de todo otro licor animal, pues es claro, trasparente, sin co- lor, ligeramente viscoso, y puesto al ayre se seca con facilidad, for- mando como la clara de huevo una especie de barniz escamoso, que- bradizo, que se deslie en el agua. Finalmente, este fluido es una ma- teria contagiosa capaz de traspa- sar la misma enfermedad , no so- lamente á las vacas , sino también
B 4
(24)
á los hombres^ y por esto sucede que los que están encargados de ordeñar dichos animales enfermos, no padecen viruelas, si han tenido ya dichos granos, los quales se los comunican quando tienen grie- tas, rozaduras, ó cortaduras pe- queñas en los dedos , ó en las ma- nos, viéndose con freqüencia que les sobrevienen á estas partes gra- nos que enteramente se semejan á los mismos de las vacas, y se lle- nan de un fluido que tiene la mis- ma propiedad contagiosa.
ARTÍCULO III.
Origen , invención y progresos de la vaccina .
Habiendo hecho conocer la ob- servación que las personas que ac- cidentalmente , ó por casualidad, habían contraido dichos granos quedaban ya libres de recibir el contagio de las viruelas , y de pa- decerlas, se resolvió el Doctor Jen- ner á inocular , ó comunicar á los hombres por este medio artificial dicha enfermedad de las vacas, y publicó sus felices y primeras ob- servaciones en el año de if 9^.
.
Desde este tiempo la multitud de experiencias hechas con mucho cuidado y en diferentes partes del mundo , han demostrado que la inoculación de la vaccina preserva para siempre de las viruelas , ha- biéndose asegurado en este punto tan importante por la prueba de la inoculación antigua con el po- dre viloroso, y exponiendo al con- tagio de las viruelas á las perso- nas vaccinadas, y aunque se han variado y repetido un gran nú- mero de veces todos estos me- dios y modos de contagiar, jamas se han visto sobrevenir las virue- las á aquellos que habían experi- mentado la vaccina. A mas de esta
( Ï7)
ventaja y utilidad inestimable se siguen otras no menos importan- tes, que hacen, si cabe, subir la estimación y aprecio que se debe á la inoculación de la vaccina.
ARTÍCULO IV.
De la seguridad inocente de la
vaccina .
§• i.
La inoculación de la vaccina no pide preparación alguna, ni un cuidado muy particular, ni reme- dio alguno que deba precederla, seguirla, ni acompañarla.
(*8)
§. II.
Se puede igualmente practicar en todas edades, y en todas esta- ciones del año.
§. III.
La vaccina no perjudica á la sociedad , porque no propaga su infección á causa de que esta en- fermedad, ni se comunica por el ayre, ni por los vestidos, ni por el simple contacto (como las vi- ruelas) sino precisamente por la incision.
(29)
s- IV-
I
La operación de la vaccina es fácil y poco dolorosa, pues con- siste únicamente en hacer en la piel algunas ligeras picaduras ó inci- siones con la punta de un instru- mento mojado en el fluido que se halla en los granos vaccinos. Los padres, las madres, las amas de cria ó nodrizas , lo pueden practi- car igualmente con la misma uti-
O
lidad y buen suceso: toda la aten- ción y precaución que se necesita, se reduce solamente al modo de hacer las picaduras inoculatorias, como se dirá en la segunda parte.
(3o)
Finalmente la inoculación de la vaccina es tan segura, que ja- mas le acompaña ni sigue daño al- guno, ni accidente grave. Los fe- nómenos esenciales se terminan so- la y precisamente en el distrito de las picaduras, y esto se hará ver por la explicación ó historia que voy á hacer del curso ó carre- ra de la enfermedad.
ARTÍCULO V.
Historia de la enfermedad y su
carrera .
Introducida la materia conta- giosa baxo la piel por las picadu- ras, como estas son muy ligeras, y no arrojan sangre, ó es muy poca, se cicatrizan prontamente, y al principio no se advierte apa- riencia alguna, ni alteración parti- cular.
( 3 2 )
ARTÍCULO VL
Señales y carácter de la vaccina , ó del grano va c ciño .
§• I.
Al quarto 5 ó quinto día se per- ciben las primeras señales de la operación en la parte misma de la picadura en el texido de la piel, ob- servándose en la superficie un peque- ño tubérculo, ó grano irregular, de color roxo, vivo y resplandeciente, que se aumenta poco á poco, y al sexto dia tiene una forma, y una testura ó composición, que le ca-
(33)
racterizay distingue esencialmente de toda otra afección: primero, por- que está circunscripto , y tiene el grandor , ó volumen de una lente- ja : segundo, se advierte siempre en su medio una hondura, ó depre- sión bien señalada , de color opaco ú obscuro : tercero , sus bordes forman una elevación ó rodete á manera de capillo , ó capirote re- dondo que sobresale , de un color pálido , medio trasparente , lleno de un fluido claro , y sin color quarto , su base está rodeada de un pequeño círculo roxo inflamato- rio : quinto , el fluido que se con- tiene en el capillo del grano vac- cino , no es como el de las pústu-
C
• *
(34)
las ó granos , derramado y redu- cido en un punto céntrico , sino que está encerrado en un texido esponjoso muy fino que forma ve- xiguillas separadas $ y así es que quando se pica un grano vaccino, el fluido no sale jamas enteramente de un golpe , sino que va cayendo por gotitas , y solamente en el sitio que se ha picado.
Los dias siguientes crecen al- guna cosa los granos , está menos roxo el círculo inflamatorio , pero mas dilatado;, y el dia nueve for- ma un círculo ancho , de un color de rosa , acompañado de hincha- zón y tension de la parte. Muchas veces se percibe un sentimiento de
O J )
calor , de comezón , y de dolor de- baxo de las axilas ó sobacos : al- gunas veces se percibe también una cierta desazón ó displicencia,
s *
y movimiento febril 5 pero estos pequeños accidentes desaparecen pronto. El dia doce comienza la desecación en el centro del grano, y forma una corteza lisa , de color moreno baxo , y siempre undida en el centro , que se cae espontánea- mente al dia veinte y uno, ó lo mas tarde al treinta {a).
(d) En Madrid se observa en confirma- ción de lo dicho, qne los granos vaccinos siguen la misma carrera que los de las vi- ruelas benignas discretas , que alguno lla- man viruelas locas .
C 2
oo
PARTE SEGUNDA.
ARTICULO I.
Método de hacer la operación de la
vaccina.
§. I.
JLvas picaduras ó incisiones se hacen ordinariamente con la punta de una lanceta 5 pero como este instrumento no es familiar á todos, y su uso exige cierta destreza 5 al- gunas personas han hecho estas pi- caduras con la punta de un corta-
(37)
plumas , y también con una simple aguja} y no obstante que puede hacerse igualmente bien con toda especie de instrumento , conviene sin embargo preferirse la aguja, cuya punta debe ser ancha , y sus bordes cortantes y bien afilados, como se demuestra en la estampa núm. 2 } de manera que la anchura de su punta presente mas superfi- cie para retener el fluido vaccino, y para que el filo de sus bordes le haga mas fácil de introducirse. Ul- timamente , es mejor el aspecto de una simple aguja , porque ni su aplicación sobre la piel causa es- panto ni miedo alguno á los niños, . ni aun recelo al que la maneje de
C 3.
(38)
poder hacerles daño (a).
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§• ii.
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_ j • » r * S. • f * .
Aunque las picaduras se pue- den hacer en todas las partes del cuerpo , se eligen aquellas que es- tán cubiertas habitualmente , y con especialidad la parte media é interna del brazo , como lo indica la estampa núm. 3. que represen- ta una madre inoculando á su hijo.
§. III.
J ' ft * ‘ *
Después de haber descubierto
(a) Por este motivo la Junta Médica de París prefiere la aguja á qualquier otro instrumento.
(39)
el sitio donde deben hacerse las picaduras ó incisiones, y de ha- ber hecho algunas friegas suaves para limpiar la piel , se mete la punta de la aguja en el fluido vac- cino , y quando está cargado se dirige al instante sobre la piel : al principio se tiene perpendicular- mente (a) para que el fluido vaya á la punta 5 y entretanto que con la una mano se extiende la piel del brazo , se inclina orizontalmen- te (b) la aguja , se introduce con suavidad baxo la epidermis (c) á la profundidad de dos , tres ó qua-
(a) Derecha.
(J?) Se pone llana.
(c) Es una piel delgada , que cubre Ja principal.
c 4
(4°)
tro milímetros (a) , y para que el fluido vaccino pueda penetrar bien la picadura y quedarse en ella , se harán con la punta de la aguja diferentes movimientos. Al prin- cipio se retira un poco , y en se-
/
guida se vuelve á introducir de nuevo , se la inclina en diferentes direcciones , y finalmente se reti- ra apoyándola y enxugándola en la superficie de la piel. Se harán de la misma manera dos ó tres pi- caduras en cada brazo , con la ad- vertencia de mojar cada vez la aguja en el fluido vaccino, de- xando entre picadura , y picadura un espacio de dos ó tres dedos.
(a) Dos ó tres líneas.
(41 )
Y por último debe observarse que las picaduras para los niños han de ser ligeras y superficiales , y para los adultos algo mas pro- fundas.
ARTÍCULO II.
Calidades del fluido vaccino , su elección , tiempo y modo de tomarlo .
Como el buen suceso de la Operación depende principalmente del fluido que se introduce baxo la epidermis , se hace preciso sa- ber elegir el tiempo en que el di- cho fluido tiene aquel grado de
(42)
perfección y madurez propia , y eficaz para comunicar la enfer- medad. El tiempo mas propio es desde el séptimo al undécimo dia (¿z) de la enfermedad , por- que ántes de esta época , se halla la vexiguilla muy poco descubier- ta , y el fluido que tiene no está bastante elaborado , ni con perfec- ción. El duodécimo dia empieza á ser el fluido demasiado viscoso ó espeso , y se seca con mucha prontitud } y así para inocular se escoge una persona cuyos granos vaccinos tengan bien el carácter y propiedades ya dichas , y pue-
(a) En esta corte se ha tomado el dia
nueve.
(43)
de verse en la estampa, num. 4. que representa un niño señalando los granos baxo el brazo , y en la estampa núm. 2. que demuestra solo los granos ó viruelas de que vamos hablando. Se pica con la punta de una aguja en uno de es- tos granos el capillo , círculo ó rodete de que se habló en la his-« loria ó curso de esta enfermedad que es blanquecino , y un instante después sale una gotita de fluido, en el qual se moja la punta de la aguja empleándola inmediatamen- te ( a ) para hacer las picaduras in- oculatorias , debiéndose advertir,
(a) En esta corte , siempre que se pue- de , se hace de brazo á brazo.
(44)
que no debe tomarse mas fluido vaccino de aquella parte del gra- no que ántes estuvo abierta, sino de otra distinta en seguida de esta misma , y del mismo grano.
ARTÍCULO III.
Variedades que suelen observarse,
§• I-
La vaccina presenta en su cur- so ó carrera algunas variedades que importa saber. Algunas ve- ces no se forman los granos has- ta el dia nueve, once, ó veinte después de la operación de las pi-
(45)
caduras \ pero si ellos están bien caracterizados y claramente des- cubiertos por las señales que se dixéron en la primera parte , los inoculados quedan enteramente li- bres de las viruelas. Otras veces al contrario , las picaduras duelen al primero, segundo y tercero dia de la operación , y sucede en ellas una inflamación mas ó ménos vi- va y extendida , á la que en oca- siones acompaña fiebre y dolor baxo el sobaco 5 y por último se forma una pústula que contiene el pús ó podre que se seca en pocos dias, y algunas veces degenera en ulceración: esta afección depen- de de una irritación viva en la
(4-5)
parte , y en. nada de la vaccina legítima , porque no tiene los ca- ractères : y efectos preservativos de ella , y por esto se llama falsa vaccina.
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Distinción de la vaccina falsa :r ' y verdadera.
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Fácilmente se conocerá esta diferencia. i.° Porque los síntomas de irritación en la falsa vaccina sobrevienen casi inmediatamente después de las picaduras ó inci- siones, y no observan la marcha ó carrera lenta y graduada de la vaccina verdadera. 2.a En Ja
(47)
figura ó forma de la pústula ó grano , que en vez de tener una hondura ó depresión en el centro como la verdadera , está levanta- da en punta. 3.0 Por la naturale- za del fluido , que en lugar de ser claro , es espeso , de color pálido, sanguinolento , purulento. 4.0 Por la prontitud con que se seca. 5.0 Fi- nalmente , porque en estas pústu- las accidentales ó falsas el fluido no está contenido en un texido es- ponjoso y de vexiguillas , sino que está todo junto en un grano baxo la epidermis , y así sale todo ente- ramente por la mas pequeña aber- tura. Este accidente sobreviene quando para inocular se ha usa-
(48)
do de materia muy espesa ó irri- tante , y que estaba pasando á la desecación , tomándola dé los gra- nos que se hallaban en el estado sobredicho $ cuyo daño puede evi- tarse fácilmente tomando el fluí-
«
do vaccino ántes del dia doce de los granos bien caracterizados , ó usando de él al instante en su es- tado de liquidación.
«
§. III.
Aun quando se hagan ordina- riamente quatro ó cinco picadu- ras ó incisiones , suele suceder que no sale mas de un solo grano; pero si éste está bien caracteriza-
(4 9)
I
do 5 y sigue la carrera y curso re- gular de la enfermedad , es muy suficiente para precaverse de las viruelas. Otras veces sucede que no sale grano alguno, y queda el enfermo como si nada se le hu- biera hecho, en cuyo caso es pre- ciso hacer nueva inoculación, y para esegurar el efecto de ella se prepara ántes con dos ó tres ba- ños tibios.
ARTÍCULO , IV.
Lo que se debe hacer en el curso de ¡a enfermedad .
Es preciso poner todas las di-
D
ligencias posibles para que los niños no rasquen los granos, es- pecialmente en los dias nueve y diez quando la aureola secundaria ó círculo se forma, y le acom- paña picor, comezón, hinchazón ó inflamación, porque en este ca- so suele algunas veces producirse una úlcera pequeña, que por al- gunos dias arroja ó da de sí una materia purulenta , pero se cura fácilmente y con prontitud con las lavaduras ó lociones emolientes, y con la aplicación de algún ce- rato dulcificante.
(5i )
APÉNDICE
I
AL TRATADO DE LA VACCINA.
P. ¿A. qué se reduce todo el cuidado para que tenga buen su- ceso la vaccina?
R. Á tres cosas: la primera es á la elección del fluido vaccino, ó la materia que ha de servir para hacerla: la segunda á la misma vaccinacion; y la tercera al que ha de ser vaccinado.
P. Antes de explicar estas tres
cosas, ¿qué quieren decir las pa-
/
labras ó voces de vaccina , vacci- nar , vaccinacion , vaccinado y vac- cin o ?
I) 2
(JO
R. Como el invento es nuevo, • *
lo son también los nombres y las palabras. Los Franceses han in- ventado el verbo activo vacciner, y por consiguiente usan de sus de- rivados vaccine, &c. Los Espa- ñoles debian substituir el verbo activo vacunar, y usando como los Franceses de sus derivados, deberían decir vacuna , vacuna- ción, Se.-, pero se ha hecho tan familiar la voz vaccina en las con- versaciones y escritos, que se ha- ce casi preciso usar del nuevo verbo vaccinar, y de sus deriva- dos vaccina, vaccinacion, &c .5 sin embargo de que no es tan antigua la cosa que impida usar absoluta-
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mente de la voz vacuna $ y así es que la voz vaccina ó vacuna sig- nifica la enfermedad: vaccinar ó vacunar quiere decir pegar la en- fermedad: vaccinacion ó vacuna- ción la misma acción, que por otro nombre llaman inoculación de la vaccina: vaccino ó vacuno es el fluido ó materia que sirve para esta operación: vaccinado 6 va- cunado , es aquel á quien se ha he- cho la inoculación de la vaccina .
P. Supuesto lo dicho, ¿qué es lo que se necesita para conseguir el fluido vaccino ?
R. Se necesitan saber dos co- sas: la primera conocer el tiempo y modo de tomar el fluido 5 y la
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segunda cuidar mucho de que sea verdadero y sin alteración.
P. ¿De qué modo se consegui- rá la primera? »
R. Tomando el fluido en su estado de madurez y perfección.
P. ¿Y quándo está así?
R. El dia nueve ó principios del diez, que es quando está cla- ro , trasparente y limpio , ántes que se fórme la corteza del me- dio, y quando el grano se halla rodeado de un círculo que forma una plancha, que se dice aureola viva y bien formada de color de rosa.
P. ¿Cómo se consigue el ver- dadero vaccino ?
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R. Procurando observar bien los caractères que se acaban de insinuar, y ío que ya se ha dicho quando se ha hablado de la dis- tinción de la vaccina falsa y ver- dadera, no olvidándose nunca de las dos señales que siempre acom- pañan á la verdadera ó propia y á la falsa, que son la hondura ó depresión en medio del grano a la verdadera, y la elevación en punta á la falsa ó impropia: en segundo lugar se conseguirá que el fluido vaccino sea verdadero, observando escrupulosamente dos cosas: la primera no tomando el vaccino del medio centro del gra- no sino del rodete ; y la segunda
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evitando el hacer sangre al tiem- po de tomarle á aquel de quien se toma ó extrae, porque esta mezcla podía alterarle sin difi- cultad alguna^ y por último usan- do de él en el instante mismo en que se extrae.
P. ¿Qué es lo que hay que advertir en quanto al modo de ha- cer la vaccinaciorñ
R. Dos cosas: la primera, re- tener bien en la memoria todo lo que se ha dicho en la instrucción sobre los movimientos, dirección y profundidad de las picaduras, procurando en quanto sea dable de no hacerlas muy profundas pa- ra evitar el que arrojen sengré, ó
que sea muy poca, por la razón de que puede suceder una de dos cosas, que son: ó alguna supura- ción, ó que la sangre eche fuera de la picadura el fluido vaccino, y la segunda, que para evitar el que los niños se asusten , y el re- celo al mismo tiempo á los que executan la operación de poder
causarles daño, se deberá usar de
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ïa aguja que previene la instruc- ción en lugar de la lanceta (¿7).
(a) El Cirujano Don Nicolas Diez Ca- ñedo, que vive en la calle de Cedaceros mim. 10 quarto segundo , muy apasiona- do, como es justo, al uso de este admi- raole preservativo de las viruelas , ha in- ventado para la vaccinacion un instrumen- to bien cortante por todos lados , pero dis- puesto con tal arte , que pueden los niños
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P. ¿ Y qué mas se necesita ?
R. Que el que se ha de vac- unar esté sano y libre de otra en- fermedad {a).
divertirse con él sin hacerse daño; y que con solo quitarle una rosca 6 tornillo que- da en disposición de poder hacerse la ope- ración de la vaccina. Esta invención tiene dos utilidades: la primera, que no puede hacerse daño al que sufre la operación aun quando al tiempo de introducírsela haga algún movimiento irregular, extraordinario y violento , que no haya podido precaver ni impedir el que le sujete el brazo; y la segunda, que ni aun el mismo que hace la operación puede hacer daño , aunque por algún acaso impensado padezca alguna dis- tracción.
(a) Esto mismo previenen algunas me- morias publicadas en París ; pero no obs- tante yo tengo motivos para creer que bien léjos de estorbar la vaccinacion , si el niño padece alguna enfermedad, esta operación
P. ¿Qué mas hay que advertir
sobre el vaccinado?
R. Que éste puede padecer en el tiempe que dura la carrera de la vaccina qualquiera otra enfer- medad que la estación , ú otra cosa semeianfe puede producir, porque la vaccina no preserva si- no de las viruelas.
P. ¿Qu é deberá hacerse en ta- les circunstancias ?
R. Curar la enfermedad que
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mejora la constitución de él , pues se ha visto enasta Corte que habiendo vaccina- do á un niño en tiempo de la dentición con diarrea y otros síntomas , y aun á otro que de resultas de una caída de bastante altu- ra no podia menos de tener muy alterada su constitución , han curado perfectamente sin experimentar la mas leve novedad.
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ha sobrevenido sin contar con la vaccina, porque ésta sigue su car- rera sin confundirse con la nueva, habiéndose observado sobrevenir el sarampión, la escarlata, &c. y la vaccina que tarda mas , siguió su carrera regular.
P. Y si sucediese el caso de que aquel á quien se vaccina tu- viese ya el contagio de las virue- las, ¿qué deberá hacerse?
R. Si hay tal sospecha, ó se teme que la haya, no se vaccina, porque como el vaccino no ha te- nido suficiente tiempo para cor- regir el veneno viroloso, nada conseguirá; pero si se vaccina por no haberlo advertido, se procu-
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rará curar las viruelas con los remedios que est en indicados, sin contar con la vaccina, que para nada estorba {a).
P. ¿Qué régimen debe obser- var el vaccinado?
R. Deberá observar el vacci- nado aquel método de vida ó ré- gimen que la prudencia dicta de- ben observar todos los que están sanos y buenos para no enfermar con el uso prudente de las cosas que los Médicos llaman no natu- rales, como la comida, la bebi- da, &c.; pero en general será bue-
(a) Algunos profesores Franceses con- vienen en que no han visto en este caso vi- ruelas confluentes y malignas.
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no que el régimen sea templado.
P. Hecha la operación con el instrumento que se elija, ¿qué de- berá hacerse?
R. Antes de apartar de la piel el instrumento, se enxuga ó seca bien sobre ella en el propio lugar de la incision 5 y ejecutado por todos lados así, se pone sobre el mismo parage un cabezal con una venda ó un tafetán inglés, que se detendrá en la parte dos ó tres dias , y pasados éstos se quita- rá, porque perjudica tenerlo mas tiempo.
P. ¿Se pueden hacer sin peli- gro mas picaduras de las que pre- viene la instrucción?
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R. Algunos escritores France- ses dicen que se pueden hacer sin riesgo hasta cinco ó seis , con lo qual se conseguirá de que una u otra produzcan el efecto que se desea.
P. Y si se quisiese conservar el fluido vaccino, ó enviarle fue- ra, ¿qué deberá hacerse, y cómo?
R. El vaccino se puede con- servar de tres maneras: la prime- ra en hilos de seda : la segunda en una planchita de hierro, ó en la punta de una lanceta; y la tercera (que es la mas segura) previniendo unos pequeños círculos de vidrio ó cristal del tamaño de una pe- seta poco mas ó ménos : sobre uno
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de ellos se coloca ó pone el fluido vaccino , el qual se seca al instan- te formando una especie de bar- niz: despues de esta operación se le pone encima el otro vidrio, y
se le tapa ó cubre por todos lados
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con cera sin calentarla al fuego, de forma que para prepararla en términos de que pueda surtir el efecto de guarnecer ó tapar di- chos vidrios , bastará solamente el calor que se le comunique reblan- deciéndola con las manos : se co- loca luego en una caxita para mas bien preservarlo del viento, y en este estado no solamente se con- serva mucho tiempo, sino que tam- bién se logra poder remitirlo aun-
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que sea á largas distancias.
P. ¿Y qué es lo que se debe hacer para usarlo ?
R. Se le quita la cera sin ca- lentarla: después se separan los vidrios , y sobre el en que está el vaccino formando el barniz se echa una gotita de agua muy pe- queña , con la qual se disuelve el vaccino meneándole con la pun- ta del mismo instrumento con que se ha de hacer la operación hasta que tenga una mediana consisten- cia , y por último mojando bien dicho instrumento en el líquido ó fluido ya disuelto , se procede á
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la inoculación obrando en lo der-
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mas según se ha dicho , que es to- la
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mando el vaccino de un brazo pa- ra introducirlo en otro siempre que pueda conseguirse , por ser el me- jor medio y modo de vaccinar.
P. ¿Quién fué el inventor de la vaccina , y á dónde?
R. El inventor fué el Doctor Jenner , Médico Inglés , destinado por la providencia para alivio y consuelo del género humano, y honor de la medicina. Este hom- bre verdaderamente filósofo, ha- llándose en Glocester (a) supo por una casual conversación que tuvo con un pastor de vacas , que cier-
(a) Glocester es una ciudad episcopal de Inglaterra , capital del Condado del mis** «no nombre.
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tos granos que tenían estos ani- males en los pezones de sus te- tas , se pegaban ó comunicaban á los que las manejaban para sa- carlas la leche ú ordeñarlas , ex- pecialmente si daba la casualidad de tener en las manos alguna ro- zadura ó escoriación. También averiguó , que los tales no pade- cían viruelas aun quando fuesen á países donde las hubiese y tra- tasen con los que las tenían , ni el mal ó granos de las vacas aunque siguieran el mismo oficio : observó igualmente y supo que este secre- to se conocía y sabía ya por aque- llas gentes del campo desde tiem- po inmemorial $ con cuyo motivo
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íe ocurrió el admirable pensa- miento de que tal vez podria pre- servar á los hombres por este me- dio de la cruel epidemia de las viruelas 5 y en efecto , habiendo hecho sus primeros ensayos , pu-
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blicó el resultado de ellos con ad- miración y contento general de todos , haciendo ver que la vacci- na preserva para siempre de las viruelas : estos mismos efectos se han observado en Génova, Fran- cia y otros países ; de forma que es incalculable el número de per- sonas que van ya inoculadas con la mayor felicidad.
P. ¿ Y es preciso que el fluido vaccino , ó materia que sirve para
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!a operación de la vaccina, sea tomado siempre de las vacas?
R. El vaccino no degenera nunca : siempre conserva su virtud siendo verdadero , aun quando pase de uno en uno hasta un nú- mero infinito ; de consiguiente no hay necesidad de tomarle de las vacas en todas ocasiones , pues bas- ta solo que en su origen haya sido de ellas (el qual se conocerá fácil- mente por las señales que le acom- pañan, según se ha dicho) para que obre los mismos efectos , re- cogiéndole de los granos vaccinos del que ha sido inoculado } y aun se puede decir con verdad , según ha demostrado la experiencia ú
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varios profesores, que sin embar- go de la seguridad benigna de la operación haciendo la inoculación de ambos modos , son los síntomas un poco mas violentos para el pri- mero á quien se le hace con el fluido tomado de las vacas. La instrucción dice muy bien, que el vaccino tomado de los hombres es igualmente contagioso y preserva- tivo de las viruelas que el que se toma de las vacas, con tal que haya sido de ellas en un principio.
P. ¿Qué es lo que hay de cier- to y constante en orden á la vac- cina?
R, Tres cosas hay constante- mente ciertas desde su invención:
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primera, que la enfermedad de îa vaccina ó vacuna es ligerisima, benignísima , y sin peligro alguno para á aquel á quien se le hace: es una suerte ó juego en que siem- pre se gana mucho, y no se pier- de cosa alguna: segunda, que si en ninguna manera perjudica á aquel á quien se le hace, perjudi- ca aun menos al público, pues ni se contagia por contacto, ni por los vestidos, ni otra cosa’ alguna, sino precisamente por la incision en la forma que expresa la instruc- ción: tercera, que desde su inven- ción hasta ahora no hay quien ha- ga constar como es debido en asun- tos tan serios, que uno tan solo
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haya padecido viruelas naturales, ó adquiridas después de haber te- nido la verdadera vaccina ó va-
cuna.
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